jueves, 4 de diciembre de 2008

Condena atentado terrorista

Ante el último atentado no quisiera reiterar las palabras de condena que suenan en estos días como un macabro estribillo y que a fuerza de usarlas ya no dicen casi nada.
No podemos acostumbrarnos, cada muerte es singular y terrible, debemos ser capaces de mirar un poco más lejos, los asesinos son los culpables, pero no debemos olvidar que tienen unos colaboradores necesarios.
De los asesinos poco podemos esperar, pero si de aquellos que han permitido que sus complices sean alcaldes. Los madrileños no votamos en el País Vasco, pero si podemos hacer que el PSOE sienta nuestra aliento de indignación y aplique la ley.
Los que hace muy poco los disfrazaron como hombres de paz se han quitado la careta, ya no hay escusas. No podemos permitir que ni un solo euro de nuestros impuestos termine en las manos de esta gente.
Se pudo disolver el ayuntamiento de Marbella. Hoy grandes gestos de dolor y mañana seguir como si nada hubiera pasado.
¡Ojalá nunca más vuelva a pasar!